jueves, 16 de agosto de 2012

Poema dedicado a Maria Antonieta, última reina de Francia


Con los ojos entrecerrados mira la campaña
Largas horas de tedio y de tortura
No se cansan de recordarle. 
Parece que no es suficiente 
El haberse mostrado mortal y buena.
El día se vuelve la noche, y el sol a la luna conquista
No hay reloj que de un descanso, una hora pacífica.
Mira sus manos, ayer tan libres
Y hoy tan  presas por el destino
.Mujer como ha llegado el mundo a herirte
Que prefieres la muerte a las horas felices.
No hay voz que consuele al corazón
Que late acorralado en la dureza de la indiferencia.
Aún falta un largo trecho y serás libre
La muerte es hermana y amiga de quien la espera.
Inés. 

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